"Vuelve el Moby más combativo desde "Animal Rights", predicando respeto a la naturaleza y avisando de los peligros de entregarnos a la fiebre tecnológica que regala nuestras vidas y nuestra intimidad para que las grandes corporaciones se sigan forrando. Y lo hace a trotones ritmos rave y con la rabia del hardcore y el post-punk que le acompañaron en la adolescencia pero asumiendo con todas las consecuencias que ya no es un chiquillo ni pretende parecerlo".