Cualquiera que haya tenido el placer de ver a Jalen actuar en directo sabe que es uno de los intérpretes más cautivadores de la escena soul actual. Su voz, a partes iguales de sentimiento crudo y elegancia, destila confianza y encanto, desarmando salas repletas de espectadores alborotados, dejándolos en silencio mientras se aferran a cada sílaba que canta. Los planes para el álbum se pusieron en marcha unos meses antes de que la pandemia COVID 19 paralizara el mundo. A pesar de ello, Jalen consiguió llegar a los estudios Hive Mind de Brooklyn (Nueva York), donde empezó a componer y grabar con la ayuda de los productores y arreglistas Mike Buckley y Vincent Chiarito (ambos miembros de los Extraordinaires de Charles Bradley) y de un equipo de músicos de primera fila de la familia Daptone. El equipo mezcla hábilmente arreglos pesados y letras introspectivas con la sofisticación de la Motown, dejando al oyente en una atmósfera de dichosa maravilla.