"Antidawn" reduce la música de Burial a los vapores. El disco explora una zona intermedia entre la composición dislocada y la ambientación de un mundo abierto. En la tierra de nadie resultante, las letras tienen prioridad sobre las canciones, las frases solitarias colorean la niebla, una estructura descarnada y fragmentada hace que el tiempo se ralentice. Antidawn" parece contar la historia de una ciudad invernal y algo que te invita a seguirla en la noche. El resultado es a la vez reconfortante y perturbador, y produce un resplandor silencioso y extraño contra el frío. A veces, al entrar en "un lugar malo", te deja sin aliento. Y el tiempo se detiene".